Una enfermedad más
La depresión es un problema común después de una lesión cerebral. Aproximadamente la mitad de todas las personas lesionadas sufren de depresión durante el primer año después del traumatismo. Esta cifra aumenta, ya que casi dos tercios se ven afectados dentro de los siete años posteriores a la lesión. En la población general, la tasa de depresión es mucho menor, afectando a menos de una de cada diez personas en un período de un año.
En mi caso, al año de mi accidente experimenté una depresión tan profunda que incluso, pensé en suicidarme.
Para que os hagáis una idea, iba en silla de ruedas por la casa, y para las transferencias de la silla a la cama o al sofá me ayudaba mi mujer. Aun con su ayuda todo parecía costarme demasiado, por lo que empecé a frustrarme. Sentía que había parado de mejorar y, en un momento de depresión profunda, realmente pensé en el suicidio. Me asusté de verdad, porque nunca había pensado algo así antes. Cuando se lo conté a mi mujer ella se asustó, pero también se cabreó.
Acto seguido, fuimos a la consulta de uno de los psiquiatras más importantes que hay en Barcelona. Si no sabes la diferencia que existe entre psicólogo y psiquiatra… enhorabuena. Yo antes tampoco sabía que había una y la primera vez que lo descubres no es nada agradable. En la sala de espera de su clínica ya empecé a ver las diferencias, todo era ultraclásico y demasiado neutro. Desde los cuadros hasta el hilo musical, todo estaba diseñado para no ocasionar una reacción negativa de ningún cliente. Cuando pasé a ver al doctor para contarle lo que me pasaba, puso una cara seria de preocupación y me recetó pastillas.
Cuando las probé, me sentía muy relajado. Tanto que todo me daba igual. Era unas tres veces más fuerte que estar borracho. Pero cuando se me pasaba el efecto de las pastillas notaba que seguía sin mejorar mi situación, seguía estando muy cansado. Las pastillas me las tomé durante dos semanas sin notar mejoras. Decidí que no funcionaban para mí, y dejé de tomarlas de golpe. En teoría, había que dejarlas gradualmente para desintoxicarse poco a poco y no sufrir ningún efecto negativo.
Aquí, una vez más, tengo que dar las gracias a mi mujer, que desde el principio siempre ha estado alerta de mis problemas para proporcionarme soluciones. Una noche, después de dejar las pastillas del psiquiatra, mi mujer notó que respiraba de forma extraña al dormir. Había un ratito en que dejaba de respirar y luego, de golpe, inspiraba mucho con ronquidos raros. Ella sabía que esto era un problema nuevo, y fuimos directamente a la Clínica del Sueño del Dr. Estivill.
En otro apartado cuento todo sobre el tratamiento de sueño, pero para seguir el tema de nos trae entre manos, estos son los tres factores que me llevaron a pensar en el suicidio:
- Cada día, mi cerebro estaba recuperándose y necesitaba descansar.
- Dormir bien es esencial, pero no tenía un horario de sueño bien definido. Había veces que me dormía después de comer y me despertaba a medianoche.
- Cuando conseguía dormir, mi cerebro no recibía suficiente oxígeno porque hacía apneas.
Siempre es importante dormir bien, pero cuando te estás recuperando de un traumatismo craneoencefálico o de una lesión cerebral, es primordial, porque tu cerebro trabaja siempre.
Existen otros factores que contribuyen a la depresión después de una lesión cerebral, y estos varían considerablemente de una persona a otra.
- Cambios físicos en el cerebro debido a la lesión. La depresión puede surgir a raíz de daños en las áreas del cerebro que controlan las emociones. Cambios en los niveles de ciertas sustancias químicas naturales en el cerebro, llamadas neurotransmisores, pueden causar depresión.
- Respuesta emocional a la lesión. La depresión también puede presentarse mientras una persona lucha por adaptarse a una discapacidad temporal o permanente, pérdidas o cambios de roles dentro de la familia y la sociedad.
- Factores no relacionados con la lesión. Algunas personas tienen un mayor riesgo de depresión debido a genes heredados, antecedentes personales o familiares y otras influencias que estaban presentes antes de la lesión cerebral.
Sea cuál fuera el motivo, debes buscar ayuda y aunque la medicación no siempre es la solución, hablar con alguien te ayudará enormemente.
Si estás por la zona de Barcelona, te recomiendo al psiquiatra que me ha estado tratando en los últimos años, Dr. Surribes (csurribas@psiquebarcelona.com) que además de ser un grandísimo profesional, es muy bueno dando ejemplos y explicaciones de manera simplificada.