El tratamiento NAT ha sido una pieza clave en mi proceso de recuperación. Las mejoras han sido evidentes y corroboradas por todos los médicos y fisioterapeutas que me tratan. Aunque NAT es esencial, es imperativo integrarlo con otras terapias para conseguir un resultado óptimo. Sin este método, desconozco si hubiera alcanzado el nivel de recuperación actual.

Descubrí este tratamiento a través de mi neuropsicóloga, Cristina Macías (de quien hablaré en otro apartado). Al concluir una sesión, Cristina me comentó que una de sus pacientes había acudido a un doctor que aplicó un tratamiento innovador, y que había observado mejoras en ella. Dado que nunca antes me había mencionado otras terapias, fui a probarlo.

A lo largo de estos años, he recomendado el método NAT a multitud de personas, que al probarlo, han notado grandes mejoras en su recuperación. No obstante, el mayor obstáculo al que se han tenido que enfrentar es la oposición a esta terapia por parte de profesionales del sector, que llevan años aplicando tratamientos convencionales y que no funcionan.

El tratamiento NAT no duele, no tiene ningún efecto secundario y además, no sabes cuánto te pueden ayudar los médicos excelentes, como el Dr. Gálvez, hasta que pruebas sus métodos. ¡Te animo a probarlo!