Principio de 90/10

Lidiar con problemas

Me quejaba por no tener zapatos hasta que vi a una persona sin pies.

El autor Stephen Covey, dice en “Principle 90/10” que el 10 % de nuestras vidas tiene que ver con lo que realmente nos pasa, mientras que el 90 % tiene que ver con nuestras reacciones a ello. Este traumatismo craneoencefálico ha sido la lesión más grave que he tenido, pero al despertar en el hospital mi mentalidad de deportista seguía siendo la misma. Quería recuperarme lo antes posible para poder competir otra vez. Durante mi carrera deportiva los hospitales siempre habían sido parte de una etapa por las que a veces hay que pasar para poder correr de nuevo. No lo entendía aún, pero esta vez iba a ser muy diferente... 

Antes de este accidente, mi objetivo siempre era mejorar para poder ser más rápido que los otros, nunca para intentar ser más rápido de lo que yo había sido antes. Siempre había pensado que me retiraría de la competición cuando llegara el momento en el que iba un poco más lento cada año. Lo que pasó fue que, con este traumatismo craneoencefálico, me había convertido en un piloto lento de golpe. Y no sabía si podría llegar nunca a ir más rápido de lo que iba antes. Al final decidí que no quería ni probarlo.

Al poco tiempo de decidir que quería retirarme de la competición, vi claramente cómo funciona el principio 90/10 en dos situaciones:

La primera fue cuando vi el documental sobre D. Anthony Evans (que podéis leer aquí) y, que resultó ser una verdadera fuente de inspiración. La segunda cosa impactante que me hizo cambiar de mentalidad definitivamente, la viví en directo. En aquellos tiempos ya podía vivir en casa otra vez, pero todavía no tenía buen equilibrio. Usaba la silla de ruedas para moverme, temblaba bastante, me costaba comer, hablar, ir al baño, dormir, tragar… ¡Prácticamente todo! “Qué desgraciado soy… Qué mala suerte he tenido…”, solía pensar. 

Habíamos descubierto Step by Step hacía poco. Como ya he dicho, es un gimnasio con fisioterapeutas para todo tipo de lesionados neuronales y medulares. Estaba tan cerca de casa que se podía ir andando, pero ese día hacía mal tiempo. Mi suegra men llevó en coche, junto a mi mujer.  Al llegar al parking exterior que hay delante de Step by Step empezó a caer una llovizna muy leve pero que a mí me cabreó bastante. Para salir del coche, Iana y mi suegra prepararon la silla de ruedas para ayudarme a hacer la transferencia, siempre sujetando un paraguas por encima de mí. Luego, para entrar al edificio Iana me empujaba, y mi suegra me tapaba con el paraguas. Ahora que lo pienso, seguro que las dos se mojaron bastante, pero en ese momento no pensaba mucho en ellas. Sinceramente, no sé cómo me aguantaban.

Al entrar en el edificio pensé en todos los demás pacientes que venían a Step by Step con diferentes tipos de parálisis y me paré en la entrada, enfrente del cristal desde la que se podía ver el parking. Si a mí me había cabreado tanto entrar con la lluvia, ¿cómo estarían los demás? Vi que la mayoría venían solos conduciendo ellos mismos. Aparcaban y tenían un aparato eléctrico que les acercaba la silla de ruedas a la puerta del coche para que pudieran subirse a ella sin ninguna ayuda. No llovía fuerte, pero caía agua. A pesar de ello, todos conseguían hacer la transferencia y entrar al edificio sin problemas. Al ver esto paré a uno, para saber lo que pensaba de la lluvia. 

—Cómo putea la lluvia, ¿no? —le dije. 

—Bueno, no tanto… He conseguido bajarme del coche y no estoy muy mojado. De hecho, hemos tenido suerte de que no lloviera más porque con mucha agua la transferencia es más problemática. 

—¿Y si luego llueve más, cómo te irás? —le pregunté. 

—No sé, si llueve demasiado tendré que esperar a que se calme un poco… pero es una cosa que a lo mejor pasa y a lo mejor no. Si pasa ya veremos, pero eso ahora no me preocupa demasiado. De momento estoy contento porque he podido bajarme del coche para venir a entrenar. 

Esto me hizo entender lo importante que es nuestro punto de vista al analizar los problemas. Esta persona tendrá muchas razones para sentirse mal y quejarse, pero eso no le aportará nada. En cambio, reaccionar positivamente a los problemas cuando los tiene le permite superarse continuamente. La historia de la vida de Anthony, y luego ver en directo cómo reaccionaban personas que lo tenían mucho peor que yo, me hizo investigar sobre esto.

Según estudios, cada uno de nosotros tendrá unos 20 000 problemas a lo largo de la vida. Es importante reaccionar a cada uno de ellos con la importancia que tienen en realidad. Tampoco creo que sea bueno ser demasiado optimista e irracional. Sigo viendo los problemas como inconveniencias, pero ya no los veo con el dramatismo de antes.

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